jueves, 25 de agosto de 2011

Little things that make us happy

Es difícil ponerse a pensar por un segundo cuál es tu verdadero cometido en el mundo. Para qué existimos cada cual y cómo somos tan inútiles para que la vida nos sorprenda cada día un poco más. Pensar en que tú, el de la habitación de al lado, el vagabundo de allí abajo y el multimillonario que vive en NY vais a acabar igual. Sin vida. Jorge Manrique exponía la muerte como elemento igualador entre el ser humano. A partir de la muerte todos somos lo mismo, algo que es nada. Materia orgánica en proceso de transformación. Y quiero decir, que mañana te levantes con una sonrisa, la que mejor puedas sacar (y seguro que es la más perfecta del Universo). Abras la ventana. Mires el Sol. Veas como el día es inédito, único y póstumo. Sonrías todavía más (porque sí se puede). Y te sientas agradecid@ de poder ver el Sol. Luego ves hacia la habitación de tus padres. Y sonríe de nuevo más, por saber que alguien te quiere por encima de sí mismo. Luego llama a alguno de tus amigos. Y vuelve a sonreír, por sentirte afortunado de poder escuchar esa voz todas las veces que quieras y saber que estará siempre dispuest@ a solucionarte los problemas. Y, ahora, tranquilizate, porque eres una persona con una vida perfecta, que no te falta nada. Porque la felicidad siempre se encuentra en los pequeños detalles que te hacen sonreír poco a poco y te hacen llegar a un éxtasis extremo de sensaciones. Te hacen sentir el más importante, alguien único, capaz de hacer realidad sus sueños.

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