sábado, 26 de marzo de 2011

Her film.

Probablemente, te cansaras de preguntar, porque no hay nadie que te quiera escuchar. En todo caso, me parece que esta de más, no decir nada cuando quieres gritar. Porque las cosas no se acaban sin un final. Una puerta se abre, solo tienes que entrar. Esa sensación de que cada milímetro parece una prisión. Ninguna lágrima es verdad, eso es lo que dice aquella vieja canción. Y poco a poco algo hace que se lleve tus partículas a un tiempo en el que todo es de otro color. A un sitio donde no amanecerá hasta que abrás el telón y enciendas los focos de la función.
Pero todo pasa tan despacio, que parece que la tierra se ha parado, que a su motor le falta algo. Sin embargo, en un lugar muy lejano de todo esto puedo pensar en ti e imaginar todo lo demás. Y pienso que a pesar de todo, todos nosotros y todo lo que nos rodea, es casualidad, y que todo vale tanto como puedas pagar. Y que sepas que así tu película se acaba sin un final. Y aquí alguien te espera y tú no estás. ¡Qué cosa tan ridícula!. Cuentos de leyenda y ciencia ficción. Nada cambiará, ya te lo he dicho, hasta que alces el telón. Porque parece todo tan irreal aquí cuando tú no estás en mi mente...El equilibrio ya sé que no duerme cerca, pero también sé que quizá nunca venga. Porque puede que nadie merezca esa prisión de vivir en perfecta armonía. Y yo te espero, y tú no estás. No entiendo la película. Resulta que es de las de pensar. Así que le daré al pause y fingiré no haber visto nada ni saber lo que pasa en su final. La pondré desde el principio y todo lo dejaré estar. Porque ahora mismo no hay tú, no hay yo. No hay nada que pare, ni que pueda parar. Esa película que pasa cuando pienso mientras sigues queriendo huir, mientras sigas buscando donde no estás, mientras llega el invierno y piensas, que nada es igual si no ves esa estúpida película que trata sobre ella y sobre ti.

jueves, 17 de marzo de 2011

Enséñame a olvidarme de pensar.

Romeo  y Julieta.

William Shakespeare.





They own the night

A night full of stars.
Ella imaginaba un mundo con sólo una mirada suya. Le parecía estar en el cielo cuando él le dedicaba una sonrisa. Y la sonrisa de ella se iluminaba cuando le veía a lo lejos. Se plantaba delante de ella y le robaba un beso. Se le paraba el tiempo. El tema, dentro de su mente, era él durante el día, y durante la noche, él alcanzaba su clímax emocional dentro de sus sueños. Le hacía ver que todos los días brillaba un Sol espléndido. Que en los días de lluvia, se podía reír. Porque él cogía las nubes las apartaba y el Sol brillaba de nuevo, resplandeciente donde los haya. Él le había hecho creer en ese sentimiento al que la gente llama amor, pero para ella era todo eso y muchísimo más. Porque cuando anochecía y ya no brillaba el Sol, la noche en la que se fijaba en el cielo nocturno, sólo veía un dulce cielo enamorado repleto de estrellas. Él cogía una a una las estrellas, y las dejaba caer. Y ella disfrutaba como una niña pequeña. Él le decía que esas noches, contara las estrellas y que ése número lo elevara al infinito y el resultado sería sólo un poco de la idea que podía tener de cuánto la quería. Jóvenes ilusas palabras que el cielo, el Sol y las estrellas se llevaron.

miércoles, 16 de marzo de 2011

A little huge history of love.

Todo cambia alguna vez en la vida. No hay nada que permanezca inalterable. Ni en tu vida, si intentas contradecirme. Piensa. Todo se desgasta, se mueve, se transforma. Nada se crea ni se destruye salvo una cosa. Los sentimientos. Los sentimientos no son materia, y por tanto, habrá que engañar a nuestro yo para que pueda, aunque sea por una vez, mirar más allá, desde otra perspectiva. Los sentimientos hay un momento en el que tú no te das cuenta, pero empiezan a florecer. Y es así, no intentes buscar mecanismos científicos que puedan aportar argumentos sin sentido a una teoría sustancialista. Hay un momento en el que algo inexplicable aparece dentro de ti, dentro de la otra persona, si hay un golpe de suerte. Y ahí es cuando dos vidas se unen un mismo sentimiento, el amor. Y mil sonrisas, son pocas para describir dicho sentimiento. Aquí, empieza una gran historia.