sábado, 26 de marzo de 2011

Her film.

Probablemente, te cansaras de preguntar, porque no hay nadie que te quiera escuchar. En todo caso, me parece que esta de más, no decir nada cuando quieres gritar. Porque las cosas no se acaban sin un final. Una puerta se abre, solo tienes que entrar. Esa sensación de que cada milímetro parece una prisión. Ninguna lágrima es verdad, eso es lo que dice aquella vieja canción. Y poco a poco algo hace que se lleve tus partículas a un tiempo en el que todo es de otro color. A un sitio donde no amanecerá hasta que abrás el telón y enciendas los focos de la función.
Pero todo pasa tan despacio, que parece que la tierra se ha parado, que a su motor le falta algo. Sin embargo, en un lugar muy lejano de todo esto puedo pensar en ti e imaginar todo lo demás. Y pienso que a pesar de todo, todos nosotros y todo lo que nos rodea, es casualidad, y que todo vale tanto como puedas pagar. Y que sepas que así tu película se acaba sin un final. Y aquí alguien te espera y tú no estás. ¡Qué cosa tan ridícula!. Cuentos de leyenda y ciencia ficción. Nada cambiará, ya te lo he dicho, hasta que alces el telón. Porque parece todo tan irreal aquí cuando tú no estás en mi mente...El equilibrio ya sé que no duerme cerca, pero también sé que quizá nunca venga. Porque puede que nadie merezca esa prisión de vivir en perfecta armonía. Y yo te espero, y tú no estás. No entiendo la película. Resulta que es de las de pensar. Así que le daré al pause y fingiré no haber visto nada ni saber lo que pasa en su final. La pondré desde el principio y todo lo dejaré estar. Porque ahora mismo no hay tú, no hay yo. No hay nada que pare, ni que pueda parar. Esa película que pasa cuando pienso mientras sigues queriendo huir, mientras sigas buscando donde no estás, mientras llega el invierno y piensas, que nada es igual si no ves esa estúpida película que trata sobre ella y sobre ti.

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